La busqueda de sentido es esencial en el ser humano. Reprimida, generará el vacío existencial, pero desplegada favorecerá estabilidad, salud mental y la capacidad para desarrollar un proyecto de vida autotrascendente; es decir, vivir comprometidamente con algo y con alguien. Quien tiene un para qué vivir o un para quién hacerlo, siempre encontrará un cómo, que le permita afrontar la vida en medio de las condiciones que ésta plantee.